Cartografía social: imagen, espacios, memoria e identidad Pa`Ipai


Julieta López Zamora[1]

Lilian Paola Ovalle Marroquín[2]

 

LA CARTOGRAFÍA SOCIAL

La cartografía social, como técnica de investigación, permite incorporar el análisis visual del espacio habitado (TELLO Y GOROSTIAGA, 2009) donde se aborda al territorio como mediador entre la sociedad y el espacio, con su entramado de relaciones y prácticas sociales. La imagen, en esta aproximacion metodológica aparece como un dispositivo mediador de las tensiones entre la tradición y la modenidad, entre la continuidad y la transformación.

Asimismo, está fundamentada en el método de Investigación-acción-participativa, debido a que requiere de la construcción colectiva del conocimiento sobre las subjetividades que confluyen en el propio espacio habitado, a través de diversas técnicas como mapas y elementos gráficos. Se apoya en otras técnicas cualitativas que permiten registrar la subjetividad de los participantes, como la entrevista, grupos de discusión, encuesta, entre otras. Así como en técnicas vivenciales como talleres, juegos, dibujos y narraciones. El abanico de posibilidades es tan complejo como los investigadores involucrados lo decidan, debido a que las estrategias para complementar las técnicas las construyen de acuerdo a las necesidades y posibilidades del colectivo.

Esta técnica dialógica (FALS BORDA Y RODRÍGUEZ, 1986) permitió la confluencia interdisciplinaria para el abordaje del problema de investigación: Las transformaciones y continuidades de los espacios, que se derivan en la identidad de los Pa’ Ipai, a partir de la llegada de la televisión. Como perspectiva metodológica ayudó a reconocer e incorporar en la investigación las posiciones ante el cambio, la persistencia y la resistencia, las cuales fueron plasmadas en las imágenes de los espacios habitados, mapas, encuestas, dibujos y testimonios de los participantes.

Para concluir con esta introducción, y dar paso al cuerpo del artículo, podemos decir que en este texto se presenta y discute esta ruta metodológica, la de la cartografía social, enfatizando en las potencialidades de la imagen, como ente articulador de la memoria, la identidad y sus transformaciones. Como se ve a continuación, tras la llegada de la televisión a la comunidad indígena ubicada en la Misión de Santa Catarina, Baja California, México, sus habitantes entran en contacto con las pantallas. Las imágenes que estas proyectan se convierten en dispositivos de contacto global. Las imágenes se aprecian nítidamente como un espacio de disputa, de deconstrucción, de negociación, de reconstrucción, donde se pone en juego la médula de su memoria y su identidad. Este artículo se divide en tres apartados: El primero se titula la Memoria inscrita en los espacios, en el se presenta al espacio físico de la comunidad estudiada como el marco de su memoria colectiva. El segundo apartado se denomida Memoria e identidad y en él la memoria es ubicada como una variable importante para comprender los procesos identitarios. El último apartado se titula Imagen y Espacio. La cartografía social como ruta metodológica, aquí se detalla una experiencia metodológica, en la que la imagen (como concepto y como dato empírico) fue el eje transversal a través del cual se comprenden las transformaciones y continuidades de la identidad de una comunidad indígena, pero, sobre todo, el eje transversal a través del cuál se reconstruyen y negocian significados y sentidos de futuro para una comunidad indígena aislada, en resistencia y supervivencia.

 

La memoria inscrita en los espacios

La cartografía social es una metodología que dibuja el mundo de las relaciones cotidianas en el territorio donde existimos y construimos, un espacio que al ser constructo social está cargado de símbolos. Los mapas mentales, la cartografía social y las contribuciones de la geografía de la percepción se han encargado de estudiar los significados y las representaciones discursivas del lugar (BARRERA, 2009, p. 13-14).

A partir de los años ochenta en la geografía ha evolucionado el concepto de espacio, lo aborda en cuatro periodos: 1) Geografía idiográfica donde surge el concepto de unidad como área representada en un sistema computacional, a partir de sus atributos y de una base de datos relacional en un espacio cartesiano. 2) El concepto de espacio es la distribución espacial del fenómeno de estudio, el estudio del espacio cartesiano. 3) Predicción de modelos espacio-tiempo; espacio cartesiano, pero a través de un análisis multiescalar. 4) Geografía crítica, definido por Cãmara, Vieira y Simeao (BARRERA, 2009, p.14) definido por los autores como

el de los usuarios del futuro. El espacio visto y entendido como un “sistema de objetos y sistema de acciones”, en donde los “espacios de flujos” y “espacios de lugares” se convierten en elementos fundamentales para entender las dinámicas que se dan en el espacio. Es justo en esta concepción que tienen cabida las discusiones e intentos del grupo en torno a la construcción de un puente que ligue las preocupaciones que pueden ser respondidas desde una concepción cartesiana e institucional del espacio con aquellas que solo pueden entenderse a través de sus habitantes, es decir, a través de las vivencias sobre el espacio. (…) hoy en día conocida como cartografía social.

Así, la cuarta definición es la que se retomó en esta investigación, ya que convierte el mapeo en un proceso participativo de cartografía social y es, desde el mismo ejercicio, una oportunidad para la enunciación y sistematización de conocimientos locales sobre el espacio habitado (VÉLEZ, RÁTIVA Y VARELA, 2012, p.70).

Como se anotó anteriormente, la cartografía social tiene flexibilidad metodológica, así se sumó la mirada de la cibercultur@, una propuesta que ofrece un camino metodológico para la obtención de información a partir de la integración de grupos de investigación que involucren a la comunidad en la construcción del conocimiento, a través del registro en distintos soportes comunicacionales y en la comunicación de dicha información. Designa una forma de cultivar y desarrollar nuestras capacidades elementalmente humanas”, el vínculo con los procesos sociales (GONZÁLEZ, 2014, p. 10).

La palabra cibercultur@ es explicada por González (2014, p. 2-5) de acuerdo a tres posicionamientos:

  1. Ciber, no desde la concepción simple de computadora, sino desde la palabra original que usa Wiener, (la usa también Platón), el kybernetes, significa timonel, el que es capaz de conducir una nave a un derrotero particular. Para el autor el vocablo ciber indica procesos de autodeterminación.
  2. Cultur(a), desde el elemental sentido latín de “desarrollo”, de cultivo. Se pueden cultivar y desarrollar capacidades de autodeterminación.
  3. Al neologismo el autor decidió agregarle la “@” para discutir, para marcar una toma de posición dentro del campo científico. “Porque es el grafo que en dos dimensiones puede asemejarse más a un bucle de retroalimentación positiva, a un círculo virtuoso que no se cierra en sí mismo” (GONZÁLEZ, 2014, p. 5).

Estas nuevas formas implican el uso de soportes tecnológicos que posibilitan una mejor organización de la información, así como mayores posibilidades para el resguardo de la información y para la transmisión de la misma. Los soportes y el trabajo organizado, facilitan el registro de la memoria al sistematizar la información (relato).

Por lo tanto, el trabajo con la cartografía social se facilita al abordarlo desde la perspectiva de la cibercultur@, ya que es en sí misma un lente ante los fenómenos sociales, para la acción y la construcción del conocimiento de manera colectiva.

Figura1

Figura 1. La memoria inscrita en los espacios.

Fuente: Elaboración propia.

 

El estudio de la memoria colectiva se enfocó, desde sus orígenes, en la reflexión sobre cómo los grupos sociales consiguen la continuidad a lo largo del tiempo. Halbwachs (1968, 1980), para ayudar a esta reflexión comenta que en el caso de un colectivo que mantiene su presencia hoy, la evidencia de su trayecto se apreciará evidentemente en el espacio físico (marco de la memoria), que a su vez es un espacio simbólico. Por lo que el estudio de la memoria fungió como base para detectar, desmenuzar y analizar las transformaciones y continuidades de los espacios del hogar, así como de la carga simbólica depositada en los objetos físicos, poniendo al descubierto los procesos identitarios que ahí convergen.

La memoria se abordó como forjadora y actualizadora de sentido, para comprender lo que sucede en el presente. Porque es desde el presente que la memoria otorga sentido al pasado y al futuro y solo puede construirse desde la necesidad de darle permanencia a una identidad que se ha construido y ha tenido un valor práctico de existencia (HALBWACHS, 1980, p.128).

De acuerdo al autor (p. 129), cada sociedad configura los espacios con los cuales le otorga sentido a su historia. En ellos encierra sus recuerdos, su pasado mítico y la mística en la que se erige el comportamiento de sus grupos y de las personas. Los lugares adquieren sentido dado que son la prueba de la narración, la materialización u objetivación de los hechos. Es el lugar donde se vuelca la imaginación para revivir lo que se dice que ha pasado, lo que las personas se pueden imaginar que ha pasado.

[…] la mayoría de los grupos — no sólo aquellos que son producto de la distribución física de sus miembros dentro de los límites de una ciudad, casa o departamento, sino muchos otros tipos también — graban su forma de alguna manera en el suelo mismo y rescatan sus recuerdos o remembranzas colectivas dentro del marco espacial así definido (ALBWACHS, 1980, p. 29).

Maurice Halbwachs (1980, p.30) apunta que nunca se está fuera de un marco espacial, y no se trata de espacios indeterminados sino áreas conocidas que se podrían localizar fácilmente, por pertenecer al presente entorno material. El hogar donde se vive, la comunidad, la calle, las infraestructuras institucionales, etc.

Esos espacios se tornan susceptibles ante la cartografía que funge como lente para leerlos como un lienzo que es trazado con líneas susceptibles de interpretación, que resultan de la interacción social en esos espacios y con los objetos. Por lo tanto, si el espacio físico es el marco de la memoria (HALBWACHS, 1980), esta técnica facilitó la organización de la información de manera gráfica, como un panóptico que dejó ver de manera sistematizada las imágenes de estos espacios, los objetos que ahí convergen y los actores con sus relatos.

 

La memoria y la identidad

Con la memoria se nombra lo ausente, lo que aconteció, pero que de alguna manera sigue estando presente, toda vez que se le otorga un sentido a lo que experimentó una colectividad o sociedad y para que esto experimentado tenga una continuidad en la memoria, se necesita de las prácticas. A lo largo del tiempo los actores van dejando vestigios de su identidad plasmados en el relato y en los espacios y son también parte de la memoria.

Figura2

Figura 2. La memoria y la identidad.

Fuente: Elaboración propia.

 

Aquiles Chihu (2007) define la identidad como un proceso de construcción simbólica de identificación-diferenciación, que se realiza sobre un marco de referencia (territorio, clase, etnia, cultura, sexo, edad). Esta identidad social se construye en la dialéctica de la autoimagen y la imagen pública.

A esta identificación-diferenciación Giménez (1997, p. 11) la denomina entidad relacional; constituida por individuos vinculados entre sí por un común sentimiento de pertenencia, lo que implica compartir un núcleo de símbolos y representaciones sociales y, por lo mismo, una disposición común a la acción. Según este autor, el elemento central de la identidad es la capacidad de distinguirse y ser distinguido de otros grupos, de definir los propios límites, de generar límites y representaciones sociales específicos y distintivos, de configurar y reconfigurar el pasado del grupo como una memoria colectiva compartida por sus miembros, e incluso, de reconocer ciertos atributos como propios y característicos (p.12).

Chihu (1999, p. 63), al respecto, explica esta dialéctica entre la identidad individual y la colectiva, de la siguiente manera: Por una parte, está la identidad individual que es producto de los procesos tempranos de socialización y constituye las identidades primarias, son las más fuertes y las más resistentes al cambio debido a su arraigo en el actor. Y, por otra parte, además de lo que el actor piensa acerca de sí mismo, la identidad debe ser validada por los actores con los que entra en contacto, es la identidad colectiva, la autoimagen del grupo que contribuye a formar la conciencia de los actores. La identidad radica no sólo en la autoimagen, sino en el sentido de pertenencia a una entidad mayor a nosotros, la colectividad, la sociedad (ROMERO, ARCIGA Y MENDOZA, 2012, p. 34).

De acuerdo a Aquiles Chihu (1999, p. 64), la identidad como proceso cumple al menos dos funciones:

1) Locativa. En el proceso de construcción de identidades los actores eligen un determinado campo o espacio de acción social. Al ubicarse en un determinado campo, los individuos construyen fronteras simbólicas que los identifican con los miembros de su grupo a la vez que los distinguen de las personas pertenecientes a otros grupos. 2) Selectiva. En el proceso de formación de identidades los sujetos se adscriben a un determinado sistema simbólico y comparten una cosmovisión que les permite orientar sus existencias y preferencias presentándose de esta manera una relación de causalidad entre identidad y acción social.

Por lo tanto, las personas son sujetos con identidades personales y colectivas; la identidad “es la autopercepción de un sujeto en relación con los otros, a lo que corresponde a su vez, el reconocimiento y la apropiación de los otros sujetos” (GIMÉNEZ, 1997, p. 4), por lo que emerge y se afirma solo en la confrontación de otras identidades en el proceso de interacción social.

La identidad no es estática, sino dinámica, está viva y siempre en construcción. Un mecanismo móvil, formado y transformado continuamente, en relación con las maneras en que los actores se representan o adscriben dentro de los sistemas culturales que los rodean. Es por esto que, de acuerdo a Marcela Gleizer (1997, p.18), hablar de un concepto de identidad es cada vez más difícil y un estudio sobre la misma estará determinado por un sinnúmero de variables cruzadas, provenientes de los más diversos sitios del planeta, además de las locales y regionales, conformando una muy compleja ecuación que no puede ser resuelta con facilidad.

Una variable importante de los procesos identitarios mencionados anteriormente, y que ayudó a abordar la complejidad del fenómeno, es la memoria, porque la identidad sucede justamente en el reconocimiento de uno mismo en el devenir del tiempo (Mendoza, 2009, p. 63).

Además, la memoria se articula con otros principios rectores como la voluntad, el consentimiento, el razonamiento, la creación y la libertad. Esto quiere decir que hay una selección: algunos rasgos de las vivencias de los actores serán conservados; otros, inmediata o progresivamente marginados y luego olvidados (TODOROV, 2013, p. 26),

En esta libertad que menciona el autor (TODOROV, 2013, p. 27), aborda los usos que los actores hacen del pasado, donde la recuperación del mismo y el que sea indispensable; no significa que deba regir el presente, sino que, al contrario, este hará del pasado el uso que prefiera. Por lo tanto, la memoria no se opone en absoluto al olvido, los actores son libres de elegir. Los dos términos para contrastar son la supresión (el olvido) y la conservación; la memoria es, en todo momento y necesariamente, una interacción de ambos (TODOROV, 2013, p. 18).

La memoria está plasmada en los espacios, las prácticas que en ellos se tejen y en el relato de quienes los habitan, en esas interacciones simbólicas hay transformaciones y continuidades de la identidad. Para registrar dichas interacciones la cartografía social fue una técnica muy rica debido a su flexibilidad metodológica, que ayudó al registro de la información y a un análisis más complejo; se tenía el registro de las imágenes de los espacios donde se coloca la TV, con los objetos y su colocación alrededor, así como el relato de quienes habitan los espacios.

El método ayudó a establecer una línea del tiempo del antes y después de la llegada de la luz eléctrica y la Tv a la comunidad, donde no solo se veían los objetos materiales, sino las prácticas tejidas alrededor, lo que ha cambiado y lo que continua.

La cartografía fue pieza clave para identificar los espacios de acción (función locativa) y analizarlos como un sistema simbólico de acción social, donde la memoria es una variable importante de los procesos identitarios al estar presente en las prácticas y el sistema cultural contextual.

 

IMAGEM Y ESPACIO. LA CARTOGRAFÍA SOCIAL COMO RUTA METODOLÓGICA

“La cultura visual no se encuentra limitada al estudio de las imágenes” (MITCHELL, 2003, p.24). Este autor nos recuerda que el estudio de la imagen siempre demanda la atención hacia lo sonoro, lo táctil, lo espacial, entre otras. Teniendo en cuenta estos planteamientos, en este apartado se presenta la ruta metodológica para el trabajo de campo, en un primer momento se aborda a la cibercultur@ como perspectiva de trabajo para el equipo de investigación desde la complejidad interdisciplinaria, así como el acercamiento al trabajo de campo y el perfil de los informantes, en un segundo momento se describe la cartografía; el mapeo, la encuesta, el archivo fotográfico, la entrevista focalizada y el taller con niños.

 

Construir desde la colectividad

Esta investigación forma parte del proyecto interdisciplinario de una comunidad emergente de investigación, titulado “Transformación de prácticas culturales y construcción de las identidades en una comunidad Pa’Ipai en Baja California”, donde participaron 6 investigadores con los temas de cine etnobiográfico, representaciones de la naturaleza, lingüística, territorio, usos del tiempo y el tema principal de este artículo: las transformaciones y continuidades de la identidad antes y durante la llegada de la Televisión (Tv). Este tema en particular, es el que da un norte al presente artículo. Cuál es el impacto que tiene en la memoria y en la identidad de esta comunidad la llegada de las pantallas del televisor y todas las imágenes que empiezan a circular.

 

Una sociedad llega a ser «moderna» cuando una de sus actividades principales es producir y consumir imágenes, cuando las imágenes ejercen poderes extraordinarios en la determinación de lo que exigimos a la realidad y son en sí mismas ansiados sustitutos de las experiencias de primera mano, se hacen indispensables para la salud de la economía, la estabilidad de la política y la búsqueda de la felicidad privada (SONTANG, 2006, p. 216).

Un primer momento del trabajo en equipo, fue la elección de la comunidad indígena Misión de Santa Catarina, que es la población principal del grupo étnico Pa’Ipai, quienes habitan en Baja California desde hace alrededor de 2500 años y están emparentados lingüísticamente con los indígenas Yavapai, Hualapai y Havasupai de Arizona (GARDUÑO, 2004).

De acuerdo a Everardo Garduño (2010) pertenecen a la familia etnolingüística yumana, conformada por otros 14 grupos étnicos de Baja California y Sonora, en México; así como en California y Arizona en los Estados Unidos de América. Actualmente se puede observar a una comunidad multilingüe debido al parentesco entre familias de varias etnias.

Figura3

Figura 3. Distribución de grupos lingüísticos en Baja California.

Fuente: Massey y Osborne (1961).

 

La elección de la comunidad se hizo a partir de los trabajos previos en el lugar, por parte de uno de los integrantes del equipo. Siempre con la convicción de aportar y aprender con los otros y de los otros. Este primer momento de la investigación, permitió el contacto con la gente y con su dinámica, con sus necesidades y con las del equipo de investigación. Además de suscitar el recorte del objeto de estudio grupal y particular.

 

Acercamiento a Santa Catarina ¿cómo fue?

La contextualización previa a la entrada a la comunidad se realizó a través de reuniones del grupo de investigación, para compartir información importante sobre la misma y de la región; libros, artículos, tesis e información libre en la red, entre otras fuentes, la mayoría con enfoque antropológico e histórico.

Como resultado del trabajo en equipo, se recopiló un listado de archivos con información exclusiva del grupo indígena Pa’Ipai, de los grupos Yumanos y de la comunidad indígena de Santa Catarina, que se consideraron lecturas obligatorias para iniciar el contacto con los informantes.

El diálogo fue parte fundamental para plantear las interrogantes del grupo sobre el objeto de conocimiento; a través de él, se problematizó en primer lugar esta nueva forma de trabajo, desde la cibercultur@, una perspectiva teórica que agudizó la mirada y al mismo tiempo puso limitaciones, al tener que iniciar con el proceso de escritura del proyecto de investigación, y posteriormente introducirse al trabajo de campo.

Ese primer momento implicó la inmersión a la comunidad, el conocimiento de sus habitantes, sus dinámicas y sobre todo de las necesidades que se externaron respecto a la sistematización de información, para desarrollar la comunicación y generar conocimiento, tal y como lo señala la cibercultur@. Desde este panorama inicial las grandes interrogantes eran ¿qué necesitan? y ¿qué necesitamos?, ¿cómo se les puede apoyar? y ¿cómo nos vamos a apoyar?, ¿cuál será el objeto de estudio grupal y particular de cada integrante del grupo de investigación? y ¿cuál será el objetivo de la comunidad emergente de investigación?

Es importante mencionar que, como equipo de investigación, se pensaron los problemas colectivamente, se revisaron, compartieron y dialogaron aspectos teóricos; además, se optó por trabajar instrumentos compartidos para recabar la información de todos los proyectos involucrados, con el objetivo de no violentar con la entrada a la comunidad, de no repetir entrevistas con un mismo informante y de optimizar tiempo y recursos.

Gran parte del trabajo de campo se hizo también en acompañamiento del grupo, quienes al final de esta etapa se reunieron de nuevo para pensar el análisis en conjunto, para apoyar a los análisis individuales y del proyecto grupal; las categorías de análisis compartidas.

El acercamiento a la comunidad fue un trabajo de conocer, pensar y construir colectivamente, no solo como equipo endogámico sino como un equipo incluyente que dialogó con la gente. Fue un momento de entrar a la comunidad y a su vez de encuentros y reencuentros como grupo de investigación, donde los logros fueron los distintos recortes de la realidad, las delimitaciones de los objetos de estudio individuales, así como el grupal.

 

El mapeo, conocer y conocernos en el espacio

Con apoyo del GPS se registró la ubicación de cada vivienda, lo que permitió generar un mapa de la comunidad, en Google hearth. Para iniciar el mapeo, se les pidió a dos adultas, que no forman parte de las informantes clave para las entrevistas, que realizaran un mapa de Santa Catarina, con el objetivo de tener una ruta clara del caserío de la comunidad, que es disperso, lo que permitió visualizar las viviendas habitadas y deshabitadas, elegir a los informantes clave y establecer un orden para la aplicación de las demás técnicas.

Se imprimió un mapa satelital de la comunidad y se les proporcionó a las mujeres para que sobre él dibujaran las casas, sin embargo, no pudieron leerlo y decidieron dibujar uno propio, de libre formato y muy diferente al que se les dio. El mapa que dibujaron, al principio hizo difícil localizar las viviendas debido a que los espacios representados eran muy pequeños, dibujaron las casas casi pegadas las unas a las otras, cuando realmente hay mucha distancia entre las mismas, sin embargo, el que incluyeran los nombres de unos de sus habitantes, ayudó a la localización.

El resultado final fue un mapa totalmente diferente al tomado por satélite. Este mismo mapa se le mostró a una niña de la comunidad, de cuatro años de edad, y lo pudo leer perfectamente, se le mostró también el mapa satelital y al igual que las informantes, no se pudo ubicar en los espacios. El tiempo promedio que invirtieron en la realización del mapa, fue de una hora.

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Figura 4. Mapa de Santa Catarina elaborado por habitantes.

(2011) Telma Cañedo y Josefina Cañedo (comunidad Pa’Ipai).

 

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Figura 5. Cartograma de la distribución viviendas en la comunidad indígena Misión de Santa Catarina [mapa]. Escala no vista. “Cartografía de viviendas con TV” noviembre de 2011.

Software: eTrex H [software]. Versión 3.40. Google earth, noviembre de 2011.

 

El archivo fotográfico

Una vez realizado el mapa, al tener un panorama más claro sobre el tamaño de la comunidad, se marcó la ruta para la toma de fotografías. De 52 casas que conforman la comunidad, 23 están habitadas, de las cuales ocho no cuentan con servicio de televisión satelital. Durante dos días consecutivos se tomaron imágenes de las fachadas de todas las viviendas, y de las 15 que contaban con televisión se fotografiaron sus espacios donde es colocado dicho electrodoméstico.

Para el trabajo de campo se contó con el apoyo de dos integrantes del grupo de investigación, así como de la informante clave Cañedo, quien avisó previamente a la comunidad, sobre la incursión del equipo para la toma de fotografías.

Tabla 1- Selección de viviendas para la toma de fotografías

Fuente: Elaboración propia.

Para el equipo de trabajo resultaba fundamental ubicar las imágenes de la posición que ocupa el televisor en las viviendas habitadas. Es este el espacio en el que la comunidad entra en diálogo con las nuevas imágenes pixeladas y su carga de contenido fáctico y simbólico.

Actualmente, resulta cada vez más claro que se está formando un nuevo modo pixelado de intervisualización global, que es diferente de la imagen de la cadena de montaje cinematográfica y del simulacro de la cultura posmoderna de la década de los ochenta. En el siglo XIX, la fotografía transformó la memoria humana en un archivo visual. A principios del siglo xx, Georges Duhamel lamentaba que: “Ya no puedo pensar lo que quiero pensar, mis propios pensamientos son sustituidos por las imágenes en movimiento”. Enfrentado a la cuestión sobre si la fotografía era arte, Marcel Duchamp dijo que la esperada fotografía «haría que los individuos despreciasen profundamente la pintura, hasta que surgiese algo más que hiciera insoportable a la fotografía». La imagen pixelada ha hecho insoportable a la fotografía, tanto de una forma literaria, como atestigua la relación de la princesa Diana con los paparazzi, como metafórica. El trabajo de fotógrafos contemporáneos como Cindy Sherman, David Wojnarowicz y Christian Boltanski, hace que la fotografía resulte insoportable porque es algo sublime. La imagen pixelada es quizás un medio demasiado competitivo y contradictorio para ser sublime. Como medio de creación de imágenes, la pantalla pixelada se compone de señales electrónicas y espacio vacío. Un píxel, término derivado de la frase «elemento pictórico», compone la imagen electrónica de la televisión o de la pantalla del ordenador. Los píxeles no son sólo puntos de luz sino también unidades de memoria, y su número puede depender de la memoria del ordenador o de la amplitud de banda señalada (MIRZOEFF, 2003, p. 56-57).

Se construyó un archivo fotográfico digital, que fue compartido para resguardo con una representante de la comunidad, que tiene acceso a computadora. Las imágenes se tomaron con el objetivo de registrar los espacios en archivo compartible e integrar al mapeo los elementos simbólicos presentes en los objetos y su disposición, para el análisis de las transformaciones y continuidades de la identidad Pa´Ipai.

Figura6

Figura 6. Espacio de la Tv. Hogar Pa´Ipai (López, 2017).

 Figura 7. Espacio de la Tv. Hogar Pa´Ipai (López, 2017).

Figura8Figura 8. Espacio de la Tv. Hogar Pa´Ipai (López, 2017).

Figura9 Figura 9. Espacio de la Tv. Hogar Pa´Ipai (López, 2017).

La encuesta

Junto al grupo de investigación, se diseñó una encuesta de 20 preguntas, para recabar los datos demográficos de la comunidad: número de pobladores, distribución por sexo, edad, ocupación, lengua y procedencia, así como datos relacionados al uso de la luz eléctrica, aparatos electrodomésticos y de comunicación e información. La técnica se construyó con el objetivo de enriquecer el mapeo con datos recientes sobre la población, ya que la información oficial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dista mucho de la realidad, pues la necesidad de trabajo empuja a las personas a moverse a otros territorios.

El instrumento de aplicó al mismo tiempo que se realizaba el registro fotográfico, con el apoyo de dos integrantes del grupo de investigación. Los datos fueron procesados en Excel y se compartieron con el grupo de investigación.

La encuesta y el mapeo apoyaron el acercamiento y rapport con la comunidad. Además de permitir la recolección de imágenes y datos demográficos, en el transcurso de dos días, ayudaron a definir el perfil de los informantes para la realización de las entrevistas focalizadas, así como a identificar a los posibles informantes clave para los demás integrantes del grupo de investigación.

La entrevista focalizada

La técnica de la entrevista focalizada se aplicó con el objetivo de integrar el testimonio de los actores, lo que reforzó la información obtenida a través de las imágenes de los espacios donde se coloca el televisor. Por el enfoque de esta tesis, que tiene base en la complejidad y en la memoria, fue importante contar con la voz de sus actores, la voz que enriqueció el análisis de las imágenes.

La guía de entrevista se diseñó de manera estratégica, para ser utilizada por dos investigadores del equipo y que pudieran ser retomadas por todos los integrantes del equipo. Se incluyeron 35 preguntas sobre Tv y espacios de esparcimiento y 35 preguntas sobre identidad. El tiempo de aplicación de la entrevista fue de una hora y media aproximadamente, variando entre cada actor entrevistado.

La selección de los informantes se hizo tomando en cuenta las edades, para conocer las opiniones de distintas generaciones y así tener margen de comparación en una línea del tiempo. Se aplicaron cinco entrevistas durante cuatro visitas a la comunidad, para lo que se tuvo el apoyo de dos integrantes del equipo de investigación, por lo tanto, participó un entrevistador, un apoyo para el mismo y un técnico de audio y video.

Previo a las entrevistas, se diseñó de manera colectiva la guía de preguntas y se realizó una reunión para acordar la forma de trabajo en la comunidad; llegar con la informante clave quien dirigió al equipo al lugar para la entrevista y fungió como portero con los informantes, aplicar el instrumento y al finalizar conversar sobre las observaciones y sugerencias.

Las entrevistas fueron transcritas y procesadas en Atlas ti, para su posterior análisis.

 

Taller con niños

El pilotaje del instrumento de entrevista con los niños, mostró algunas debilidades de aplicación, por lo que se diseñó un taller con el objetivo de conseguir información sobre la visión que los niños tienen sobre su comunidad y sus espacios.

Se pensó entonces en la viabilidad de incluir otro método visual a la cartografía, el dibujo. Como bien señala Pink (2004, p.81).

This process of visually reconstructing local memories allowed us to achieve privileged relations with selected informants. In turn, this led to a more systematic and accurate processing of their memories and discourses to explore certain dimensions of social change.

Pictorial representation served as a mnemonic device, ensuring a comprehensive coverage of the context in which particular events and objects acquired cultural significance, helping to render ‘visible’ implicit meanings abstracted from the interviews.

Se trabajó con tres niñas y cuatro niños de entre cuatro y ocho años de edad, con el apoyo de dos instructoras y un técnico de audio y sonido. Además de la presencia de las madres de los menores que estuvieron como observadoras.

Los materiales utilizados fueron: cartulinas, colores, acuarelas, plastilinas, escarcha y pegamento, los que se dispusieron en el centro para que los niños eligieran los de su preferencia. El espacio utilizado fue el patio de la casa de la madre de un participante, no se requirió de mobiliario, ya que el trabajo se realizó utilizando al suelo como apoyo.

Un objetivo importante de esta actividad fue conseguir información sin incidir en el resultado, donde los niños se pudieran divertir mientras trabajaban, por lo que las instrucciones se acotaron en solicitar un dibujo sobre su comunidad, en el lapso de una hora. Una estrategia para hacer más agradable la actividad, fue llevar bebidas y alimentos.

El producto final fue un dibujo por cada niño, mismo que fue explicado rápidamente por cada uno de ellos. Se conservaron las imágenes en video y fotografía, ya que los participantes solicitaron quedarse con sus dibujos.

Tabla 2 – Perfil de informantes para la entrevista focalizada y el taller de dibujo

Fuente: Elaboración propia.

El diario de campo fue un instrumento que ayudó a documentar el proceso del trabajo desde la perspectiva de la cibercultur@; cada visita a la comunidad era descrita desde la perspectiva de cada integrante del equipo de investigación y compartida con los demás al término de cada jornada de trabajo de campo.

Conclusiones/Reflexiones

La cartografía social como ruta metodológica fue una estrategia que facilitó la recogida, sistematización y el análisis de la información, ya que fue posible tener una mirada más completa sobre la complejidad de un mismo fenómeno, además de permitir una lectura fácil de los datos.

A través de la cartografía social se pudo en un primer momento trabajar de manera colectiva para el acercamiento y conocimiento de la comunidad, por lo que se fortaleció el trabajo colaborativo de los investigadores, además de ayudar a establecer el rapport con los habitantes que serían los informantes claves para la investigación.

En un segundo momento, con las diferentes técnicas de investigación seleccionadas estratégicamente se registraron los espacios físicos a través de la imagen y las interacciones que en ellos se tejen, con el apoyo del mapeo, toma de fotografías, la observación y del relato de quienes los habitan.

El tercer momento consistió en trazar una línea temporal del antes y después de la llegada de la luz eléctrica a la comunidad. La memoria sobre las prácticas que continúan y las que se han transformado.

El mapeo ya no visto solo como un cartograma sino como el territorio que está constituido por espacios dotados de sentido, impregnados de subjetividades. La realización del mapa no fue solo de una comunidad con su caserío, también fue posible plasmar y analizar lo simbólico de los objetos colocados en los espacios del hogar a través de las técnicas complementarias como la entrevista focalizada y el taller con niños, junto con la etnografía visual.

El marco metodológico fue construido desde la colectividad, en un primer momento se identificaron problemáticas y objetivos diferentes, pero con teorías compartidas como una forma de paraguas que abarcaba todos los proyectos del grupo de investigación: La identidad. Esta teoría compartida permitió el trabajo conjunto para la construcción y aplicación de las técnicas de investigación.

Al trabajar una metodología compartida, por una parte, se facilitó el diseño y aplicación de los instrumentos, y por otra, ayudó a no violentar la entrada a la comunidad, debido a que en una misma entrevista se abordaban los temas de interés grupal y se evitaba el realizar varias entrevistas a un mismo informante.

Esta forma de trabajo se basó en la propuesta de cibercultur@, atravesó todo el proceso de la investigación desde la constitución del grupo Agua Ruidosa, hasta el trabajo con las categorías compartidas para realizar el análisis de la información obtenida. En cuanto a la metodología, trabajar desde esta perspectiva fue determinante para el diseño de instrumentos lo más completos posibles, a partir del diálogo grupal constante. Además de ahorrar tiempo, esfuerzo y recursos económicos.

El mapeo del antes, durante y después de la entrada de la Tv a la comunidad, facilitó la reflexión sobre los cambios que la modernidad ha generado en la comunidad, específicamente en los espacios del hogar, no desde una visión apocalíptica de la pérdida de la cultura, sino desde la perspectiva de la cibercultur@, que ayudó a organizar la información a través de la cartografía social, para contribuir en el registro de la memoria colectiva de una comunidad, ahora desde una mirada diferente, no solo desde esa memoria que es transmitida de manera oral, sino desde una forma innovadora al crear sus propios sistemas de información, comunicación y conocimiento,, para, de acuerdo a Jorge González (2009, p.50), reflexionar los modos como los actores sociales se organizan para conocer su realidad y las posibilidades de potenciar esa organización a partir del manejo de sistemas de información y comunicación que promuevan un conocimiento local situado en relación con el mundo.

Por lo tanto, a través de la cartografía social y la cibercultur@, se pueden mejorar los procesos de generación de información y de comunicación para generar conocimiento; procesos de impacto para la memoria de la comunidad, ya que la tradición oral ha sido su forma de transmitir, de manera milenaria, donde la información que se ha generado sobre la misma no ha tenido un soporte comunicacional físico.

La cartografía social fue una ruta metodológica atinada para la organización y análisis de la información que el grupo de investigación generó colectivamente, al facilitar el reconocimiento del territorio, sus espacios y las prácticas culturales que ahí convergen. Al final se pudo dar respuesta a las preguntas de investigación generadas, culminando en la realización de seis proyectos de investigación individuales pero trabajados desde lo colectivo.

 

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Recebido em: 15/09/2017

Aceito em: 15/11/2017


[1] Universidad Autónoma de Baja California

julieta_lz@uabc.edu.mx

[2] Universidad Autónoma de Baja California

paola.ovalle@uabc.edu.mx

Cartografía social: imagen, espacios, memoria e identidad Pa`Ipai

 

 
RESUMEN: Este artículo presenta una experiencia de investigación interdisciplinaria sobre las transformaciones y continuidades de los espacios de memoria del grupo indígena Pa`Ipai a partir de la llegada de la televisión. Hace más de una década que los hogares de esta pequeña y aislada comunidad rural, ubicada en medio del desierto bajacaliforniano, abrieron las puertas para que entrara en su cotidianidad la pantalla de televisor, y con ella, un mar de imágenes y contenidos globales. La cartografía social es la ruta metodológica que se trazó para construir este objeto de estudio, integrando distintas técnicas de investigación: investigación documental, registro visual, encuesta, entrevista focalizada y talleres de intervención. En esta confluencia de técnicas, la imagen surge como el dispositivo a través del cual se analiza y se articulan los elementos conflictivos de la memoria colectiva y la identidad de esta comunidad.

PALABRAS CLAVE:  Cartografía social. Imagen. Memoria. Identidad.


Social mapping. Image, space, memory and Pa’Ipai identity

 

 

ABSTRACT: This article presents an interdisciplinary research experience about transformations and continuities of memory spaces of the indigenous Pa’Ipai group, since the arrival of television. More than a decade ago, the homes of this small and isolated rural community located in the middle of baja desert, they opened the doors so that the television screen would enter their daily routine, and with it, a sea of images and global contents. Social cartography is the methodological route that was drawn out to build this study object, integrating different research techniques: documentary research, visual record, survey, focused interview and intervention workshops. Within this technique confluence, the image emerges as the device through which this community’s conflictive elements of the collective memory and identity are analyzed and articulated.

KEYWORDS: Social mapping. Image. Memory. Identity.


 

ZAMORA, Juliana López; MARROQUÍN, Lilian Paola Ovalle. Cartografía social: imagem, espacios, memoria e identidad PaÌpai. ClimaCom [Online], Campinas, ano 4,  n. 10,   Dez2017 . Available from: https://climacom.mudancasclimaticas.net.br/?p=7693